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El proyecto nace de la fusión de la música y de la danza, del pianista Francesc Llop y la bailarina Paloma Calderón. Se trata de una obra intimista, donde se muestra el encuentro y la evolución de cada uno de los "yo". Los objetos que aparecen en escena simbolizan las distintas personalidades

de cada uno. El pianista comienza interpretando la "Suite para piano toy" de John Cage, en un piano de juguete, mientras la bailarina se encuentra encerrada en una caja de muñecas que acaba destruyendo, integrándose ambos

personajes en un mismo movimiento.

Tras la desaparición del piano en miniatura, surge el enfrentamiento con la vida adulta, con el concierto y la representación, con todo aquello que es más grande que nosotros y nos aplasta.

Ante esta situación es el movimiento el que libera a la música, que muestra las múltiples facetas y personalidades a través de la obra de Schumann "Escenas de niños". Esos múltiples "yo" también se reflejan en otros elementos coreográficos: dos sillas como lugar de discusión entre los dos polos de ambos personajes y un espejo que refleja lo que mostramos y los demás perciben de nosotros, no lo que somos. Coreográficamente es muy interesante el uso del espacio y cómo se crean diferentes ambientes dentro de la escena. El uso de la parte inferior del piano de cola, el trabajar contact con el cuerpo del músico mientras toca, compartir la banqueta en el movimiento y la música y en definitiva desacralizar todo aquello que en el ritual del concierto parece intocable.

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